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Palabras que no Quisiera Decir

 

Te escribo desde la distancia para sentirte cerca,

para engañar a mis ideas…

… tal vez para olvidarte.

 

A través del cristal frío y humedecido por la lluvia,

surge tu nombre etéreo, frágil y agonizante

como un adiós en mi cabeza;

fluye del silencio la quietud de mis palabras

y tú te elevas en mi anhelo, en mi deseo, en mi grito

para emigrar a la memoria

y empezar a hacer nudos de olvido.

 

Te estancas como el agua

en cada uno de mis poros

y mi piel se estremece

al roce imaginario de la tuya

y entonces pienso,

pienso si es locura o rebeldía

amor o desventura,

razón o incertidumbre,

pasión o letanía.

 

Juro que lo intenté, pero para mí, ya era demasiado tarde.

 

L. F.  Nikho

 

Ahora que Pienso en ti

 

Antes de que existieras en mi vida

tormentosos deseos de búsqueda tenía,

la quietud constante, el azar y el miedo

provocaron el desvelo.

 

Con furia febril de mi tristeza

en vano vi llegar las madrugadas

con la ausencia cobijando el cuerpo

el cuerpo desnudo de mi alma.

 

Pero hoy,

al abrir los ojos

cuando al despertar el día la quietud es calma

el ritual ansioso de saber que existes

me hace resistible al dolor de la jornada.

 

Ahora que pienso en ti

cada día es un anhelo que hace olvidar desvelos,

las horas al pasar el tiempo duelen menos

y tus palabras suaves llenan todo sentimiento.

 

Siento miedo sin embargo,

que en un futuro no lejano

de mí te hayas ausentado

y para siempre la sombra del olvido marque silenciosamente

mi lúgubre destino.

 

Ahora que pienso en ti,

ahora que a plenitud mis sentimientos crecen

toda tú dormida en mis recuerdos,

todo yo sumido en la esperanza

no hago más que desear amarte

y que tú me ames algún día.…

 

L. F.  Nikho

 

 

Culpas

 

Pareciera que mi amor se alza en vuelos

para unirse irremediableente

a la eterna tristeza de las estrellas

y adjudicar al silencio agreste en que me he convertido,

las culpas sin razón con que me castiga el tiempo.

 

Oh infinita y larga es tu ausencia,

ausencia nada más testificada

por la anchura definitiva de mi corazón atormentado y perseguido

por los fantasmas espectrales que reencarnan desde tu indiferencia.

¡Oh inclemente! ¡Oh cataclismo!

es tu desamor impróvido y doloso;

¡Oh funesto y maliriente!...

¿Qué culpas tengo yo, sino de amarte tanto?

 

L. F.  Nikho

 

...

No soy el héroe de este día…

no triunfé al atardecer después de hastiarme de melancolía;

no le gané el pulso al marchitado invierno

ni hice sucumbir a la miseria.

Saqué de mis bolsillos viejas golondrinas de veranos pasados

y pétalos áridos de flores de primaveras cansadas…

 

L. F.  Nikho

...

Mi nombre es la fatalidad

y en cualquier caso deberá llamárseme así;

no importa cuáles circunstancias me atañen…

deberá llámarseme así.

 

L. F.  Nikho

 

Entre Soledades y Melancolías

 

Impregnado de una soledad

que funesta en sus alas lleva la desgracia,

tomo la pluma y cualquier pedazo de papel

para depositar una a una las palabras que ahogan.

 

Quiero decir muchas cosas y redundo en mis pensamientos

tratando de atrapar en vuelo

las letras que me den la idea definitiva

del escozor que atormenta mi cerebro

y lo que hallo va hilándose en pequeñas frases inconclusas

que me ratifican en el hondo abismo de la angustia.

 

No sé qué decir;

ebrio yo de melancolías quisiera alimentar los labios

de los besos que extraño tanto

y que como fuego calcinante de la fragua

en el ocaso triste de mis días deseo sentir hoy más que nunca.

 

Mas abatido por el desvelo de la noche amarga,

como un fantasma fluctuante y pesaroso

me inclino sin ganas sobre el papel indiferente y, mintiéndome a mí mismo,

desahogo al fin

la locura a la cual me he sometido.

 

Y las palabras hieren con el filo de la pluma

mientras lejano el recuerdo se va perdiendo a través de la tinta negra

que lentamente como sangre brota.

 

L. F.  Nikho

 

...

 

Preciso del faro que es la luna llena

para hallarme en el camino

que es la ruta de los sueños.

Me es necesaria la noche, la tiniebla y el espanto

más que el propio día que trae consigo

cansancios y quebrantos;

me urge la gravedad enfermiza

de las páginas de horror,

de los cuentos luctuosos y de los grotescos

personajes,

para darle vida a esta amnesia prolongada

de querer ser, y no lograrlo.

 

L. f.  Nikho

2013

 

 

 

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