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Poesía Social Parte IV

Fragmentos

 

I

 

El lenguaje del hombre,

Es su cuerpo,

Y en su piel,

Recita un poema que protesta

Un poema que es palabra de los pueblos,

Una piel marcada por la letra

Opresora y astuta de otras épocas.

El lenguaje del hombre,

Es su propio cuerpo

Y desde sus manos ampolladas

Siempre se ha escrito una historia,

Una historia de sangre,

De palabras impuestas

Y de miedo.

El lenguaje del hombre... es su cuerpo

Y aunque inicia en su boca,

Muere en su silencio…

El que siempre dice,

SIN EMBARGO,

O conforme… a pesar de todo,

Lo escuchamos.

 

II

 

En los intrínsecos huecos de la mente

A veces se escucha,

El eco anestesiado

Que se va precipitando al despertar

Sobre la frágil columna

Que soporta la conciencia.

Se asume,

Entonces,

De manera abrupta

Lo que la sociedad que oprime,

Quiere en la sociedad que calla;

Obligando luego

A ser esclavos invisibles

A quienes agachan la cabeza

A un látigo invisible.

La lengua resulta ser traición

Que el obrero acepta,

Resignado,

Es el nudo en la garganta

Que se asfixia,

Con el nombre de la patria…

¡Oh patria!,

De orgulloso castellano, impuesto:

Cual remembranza hoy,

Del hispano cruel,

El capitalista gringo cobra su derecho.

Inglés, español o portugués,

El mismo nombre,

Con diferentes apellidos;

La misma opresión,

Con diferente letra.

¡Oh Madre Patria!

La misma que fue la suya,

La propia que suena extraña;

Aquella que no se olvida,

Ésa, que fue matanza.

 

III

 

Con el tiempo seguimos celebrando

La desdicha

Con la misma ignorancia,

Trabajada,

Con el ímpetu febril de la locura

Que de la garganta,

El bucólico español,

Reseña:

¡—Quedaos quietos y tranquilos

Sin expectativa y sin dilema,

Que de vuestra voz, inconforme y repetida

No saldrán las palabras

Para que cambie el mundo!

 

IV

 

Si este,

Es nuestro idioma,

Que a fuerza de sangre,

Nos lo han impuesto,

Entonces que sirva como espada

Que atraviese

El vientre siniestro del silencio

Y se clave,

Definitivamente,

En la garganta.

Llamadlo conciencia y cobijadlo;

Llamadlo, grito de esperanza;

Llamadlo libertad y valentía

Aunque de él,

El enemigo haga una de sus armas.

 

L. f.  Nikho

2004

*(Trabajos para montajes de Performances a cerca del Día del Idioma)

 

Intento de Poema para el Día de la Mujer

 

Paso por largos lapsus de tiempo muerto; intento cobrar vida a través de las hojas y termino apuñalándolas. En todo caso, creo que las horas tormentosas de infatigable búsqueda acaban por convencerme de no escribir cuando no puedo.

Mas mi esencialidad de terco impera termino apuñalando las hojas, y lo que escribo nace muerto; intento convencer a mis palabras, (a mi exiguo repertorio de palabras), para que se unifiquen con la intención de algo cercano a los poemas; y así nace, de repente en las neblinas de mi mente, un intento de poema que llamaré:

 

Las Proletarias

 

A ellas, que son tan fuertes como la yunta

Y tan débiles como la espuma,

Tan frágiles como la escarcha

Pero tan sólidas como el acero.

A ellas, que aunque mil veces cuajadas de lágrimas sufribles

Van de frente en la batalla con su puño firme y la herida abierta.

A ellas que las he visto hondeando en las alturas el vigor del sacrificio

Y manifestando a pulmón abierto,

Que ellas también son la lucha,

Porque también son el sufrimiento.

A ellas, que contraponen lo dulce con lo amargo,

Que si callan es porque están diciendo,

Que si dicen es porque proclaman.

A ellas, a las proletarias de hoy y de mañana...

A las de ayer,

A las que jamás reconocemos pero que siempre están,

A esas que la historia ha marcado como esclavas

A las que sobre sus espaldas

Les han escrito la opresión

Y a las que fecundan de méritos el día.

A todas que son la lucha... a ellas que son la espada.

............................................................................

 

Y así pues, queda evidenciado que mi esencial terquedad hace sucumbir mi mano en el papel y el lápiz, mi protesta es un suspiro débil que no produce ecos, pues febril y alocada es mi ansia de escribir, cuando la técnica exige ser de hielo.  Pero evocando la genialidad de Poe resumo mi ansiedad en esta inmensa pequeñez:

"...cuando la pluma ataca el papel...

(Cierro comillas y le agrego puntos suspensivos...)

 

L.f.  Nikho

MAR 29 / 2007

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