Poemas 1996
...
Echaron raíces por mis ojos
Lunas llenas de soledad,
Caminantes nocturnos
Cansados de esperar,
Te han buscado sin tregua hasta hoy
Creando ideas falsas… castillos en el aire,
Rincones de plegaria.
Fui mendigo fiel de tus migajas
Y supliqué tu amor como ninguno;
Luché de mil formas
Y mil veces fracasé.
Mis lágrimas secaste de tanto haber llorado,
Y aunque pensé que eras la luz
Hoy sólo eres oscuridad,
Hoy sólo eres recuerdo que dejar,
Atarlo en una piedra
Y suicidarlo con mi ayer
Para dejarte en el pasado y contigo:
Mi última ilusión.
L. f. Nikho
ENE 4 /96
Un Árbol y una Golondrina
Ella era como una golondrina que pasaba y él,
así como un árbol cimentado en el suelo;
ella, viajera incansable de mil caminos, gitana errante, hoja que arrastra el viento…
él sembrado en la tierra para siempre,
observante de las estrellas y del día:
le vio anidar entre sus tallos florecidos y con sus hojas le fue abrigando
colmada de sus caricias
ansiosa a veces de su silencio;
nunca eterna, mas siempre viva
diosa sin arte como una golondrina.
-Aferrada a mis manos te quise mía,
¡y así fue!
Pero que golpes tan fuertes nos da la vida:
llegó el invierno y te fuiste un día
dejando el nido vacío que hoja por hoja se fue secando
y hoja por hoja se fue muriendo.
Ya sólo los restos quedaron hoy
de un árbol que fue naufragio,
que sirvió de abrigo sintiendo frío… que dio su alma perdiendo todo.
-¡Oh golondrina!
mi errante amor sin fin,
la que se yergue altiva entre las nubes… ¡oh mi golondrina pasajera!:
quédate conmigo
cerca del nido que dejaste solo junto a las hierbas secas y extrañas,
junto a los brazos que se extienden míos.
Golondrina de mi único espacio
arráncame las raíces y hazme junto a ti horizonte.
“-¿Por qué al árbol dejaste marchitar si él te enseñó a volar?
¿Por qué lo dejaste en la desnudez si él te cobijó?
Y la respuesta sólo es una:
porque sacrificarse por el otro es amarlo
y para amarlo, te faltaba corazón.-”
-No me culpes (dijo aquella golondrina).
Mi esencia es ser errante
y errante viviré…
tengo dos alas que son para volar
tú tienes raíces que son para crecer,
tú tienes la tierra
y yo los horizontes;
tú el invierno y yo el verano…
yo tengo el instante y tú el amor.
No me culpes,
tal vez algún día vuelva a anidar entre tus brazos
o nunca nos volvamos a encontrar
pero cierto será que siempre
en mis recuerdos estarás.
Y aquella golondrina abrió sus alas y echó a volar
mientras el árbol con gran tristeza,
le vio alejarse.
L. f. Nikho
ENE 17 /96
Veneno y Ansia
Llega desde la noche el lienzo escrito en tus labios
La fragua ardiente de tus pupilas incendiadas
Incineran penetrantes la alborada
Como festín de lobos hambrientos en la jaula.
Llegan desde la noche mortajas negras adheridas a tu lecho
Como cuervos feroces, al acecho,
Como espadas veloces que atraviesan en el pecho.
Llega desde la noche un ulular que arrastra el viento
De tu voz que pide aliento
Para envenenar con tu sangre mi cerebro
Cual licor fermentado de deseo.
De embrujo tus labios son espinas,
Cardos que lastiman,
Centelladas que envician y eliminan.
Es preciso a ti sacrificarse
En la hoguera infernal del desvarío
Por tus senos desnudándose en estío.
Llega desde la noche un réquiem que adormeciendo mata
Y entre nota y nota
Me consume el alma.
L. f. Nikho
FEB 6 /96
Poema para no Sentir más
Yo fui sangre de efluvios y romances
Poseedor absoluto de quimeras,
Deshojé noches incontables
En poemas de estrellas mensajeras.
Y sufrí como ninguno en la estancia silenciosa
Quedándome solo esperando en la ventana;
Mientras la lluvia fría y pesarosa
Me decía que también lloraba.
En compañía de las sombras
Mis manos escribían trémulas los versos que nunca se acababan,
Aunque sí se acabaran las palabras.
Y la pared tan fría como el hielo
Suspiraba a mis oídos,
Pues decía –según lo que recuerdo-
Que las cosas muertas también tienen sus sentidos.
Solo, más que nunca,
Con lanzas de traición en las espaldas,
Viendo cómo trunca,
Un poema inútiles plegarias.
Sin depender ya del idealismo
Recurro a hechos sensitivos
Pues olvidar es mejor que pesimismo,
Y pesimismo mejor que sacrificios.
L. f. Nikho
FEB 6 /96
Badajos
Entre badajo y badajo las espinas cuelgan
En las sienes del obrero,
Cansado sudor que sala las heridas
Músculos tensionados
Y venas con arterias extendidas:
Brusquedad que lastima, ansiedad oprimida.
Entre badajo y badajo
Las pobres mujeres que llevan a sus críos
Cargando el peso del mundo en las espaldas,
Retorciendo la esperanza con sus faldas.
¡Ah niños de hoy para el futuro!
¡Ah gente de ayer para el mañana!
¿Qué es pues en vuestras bocas sino la palabra?
¿Qué es pues en vuestro idioma, sino la proclama?
Decidme de vosotros los presentes:
¿Qué tienen los ausentes?
¡Ah niños y hombres, y mujeres y ancianos!
¡Ah Quijotes locos y aventureros desplazados!
¡Ah poetas y artistas!…
Qué ha de ser de vosotros si el idioma que proclamáis,
¿Ha de ser veneno en otras almas?
Idioma mil veces amado y maldecido,
Pluma traidora y asesina;
Idioma a favor y en contra, destierro y regreso,
Furor y ansia.
L. f. Nikho
ABR 17 / 93
Oh Muerte
¡Oh muerte! Te dignifico,
Como una verdad aceptable de la bestia humana,
Como algo incapaz de resolver el hombre,
Como el único pilar inquebrantable… te dignifico.
Son tus ojos negros
Oscuro llanto que redime el sinsabor,
Expectantes sarcófagos siniestros, bocas jadeantes
Y estertores de paciente acecho.
No hay lugar más endeble que el propio lugar del corazón humano
Ni más fuerte, que el que ocupan sus pensamientos
Porque es hecho de rocas,
De atardeceres color de hambre;
Porque fue construido
Con las nervudas manos del sufrimiento
Y con la osamenta grave de los silencios.
Muerte jamás ausente y jamás sentida;
Serpiente de mil cabezas, pájaro de mal agüero…
¿Vendrás por mí acaso, si yo te lo suplico?
L. f. Nikho
MAY 15 / 96
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