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Carne y Pensamiento

 

Reprocho a mi pensamiento que lleva veneno en sus alas,

reprocho a mi carne por anhelar lo que es prohibido

que se queme en mil infiernos

o la destroce un enfurecido Aquiles.

 

Que sea inmenso el martirio sufrido por mi piel,

que sea infinito el calor del fuego

y la más fuerte, la furia de mi tormento.

 

L. f.  Nikho

ABR 07 /92

 

Cantar de un Olvido

 

Canta pecho lastimado, en mi vacío,

sueña en brazos lejanos de amor con música funesta de adiós

y bebe luego el cáliz sanguíneo,

que ha de llenar gota a gota mi corazón partido.

 

Mira por última vez

la fuente sucia que hoy contamina mis venas

y derrama en aquella fuente

tan sólo una lágrima pura;

deja atrás al pasado

y alza tu voz para cantar mi olvido…

…Hoy simplemente la estaré recordando,

quizá mañana, la estaré olvidando.

 

L. f.  Nikho

MAY 27 /92

 

Corazón Desnudo

 

Allá en tu lejanía, mi amor nace

y de tus labios brota un beso a mis pensamientos,

a mis pensamientos rotos y envejecidos.

 

¿Cuál mar en tus ojos se refleja?,

¿cuál noche se erige en tus cabellos?

¡Oh! ¿Cuál arrebol en tus mejillas?

 

Este corazón se desnuda y se abre

para que lo tomes con tus manos,

aférrate a él con ganas

y llora sobre mí tus lágrimas.

 

Allá en tu lejanía,

allá también mi amor se muere, si tú lo quieres;

pero entonces,

si en tus manos mi corazón aprietas

y sobre el orbe mi corazón derramas

tú, mujer de cabellos plasmados de noche inmensa,

que difícil será el olvidarme.

pues si cualquier día

de infortunio intentaras aferrar otro corazón desnudo,

que gran sorpresa llevarías al sentir la sangre que era mía,

esa sangre vacía de mi alma.

 

L. f.  Nikho

JUN 02 /92

 

Páginas Muertas

 

Heme aquí que estoy solo… muerto en vida,

sintiendo los días amargos que son noches

y mi sueño convertido en despertar de las sombras.

 

Ahora, que ya estoy vencido es cuando más fuerte me siento.

Tuve alas, como el ave las tiene y aprendí a volar;

mi vuelo fue la tristeza,

la historia de mis años yace como el tiempo pasado:

distante y olvidada.

 

Todo en derredor es vacío

y en la pared, naturaleza muerta;

todo es vacío, es naufragio, es desolación.

 

Heme aquí solo, profundo y pensativo…

como siempre;

mas mi soledad es compañía,

pues si entonces el mundo exterior circundara mi mundo,

¡oh, qué soledad sentiría!

 

Muriendo lentamente como ahora

quiero heredar a la vida,

mis páginas muertas.

 

L. f.  Nikho

JUL. 06 /92

 

Mío el Amor, Tuyo el Olvido

 

Ya profusión de luz expira

por donde con palabras mudas, se dice el amor;

del más barato oropel tu vestidura era

y revestida por dentro de mentiras con quien por su edad, el amor desventajaba.

 

Mío fue el amor que entre tu puño puse,

tuyo fue el olvido que en mi alma clavó su garra;

el árbol deshojado por el viento…

¿quién el árbol, quién el viento?

 

Exigua también la tristeza de tus labios fue

al partir con rumbo por mí desconocido;

cual horrible noche de invierno

al quedarme solo, me sentí,

sin más luz que la propia llama del recuerdo.

 

Quizá en la remembranza del pasado

cuando este mártir de tu amor finjido,

cerrado las ventanas de su amor haya,

quizá, en tu remembranza, añores a tu mártir del pasado.

 

Mas al fenecer mío el amor, tuyo el olvido

entonces tal vez sea mío el olvido y tuyo el amor,

y cuando vuelvas, sólo encontrarás más luz,

que la propia llama del recuerdo.

 

L. f.  Nikho

JUL 06 /92

 

Despertares

 

Se fueron las sombras de la noche hacia el cielo

y a su vez se despertó la fulgente llama del sol,

mientras las horas pasaban

un corazón moribundo gritaba:

 

“Digo que en el fondo de ustedes

sólo existen sombras adormecidas,

miserables son ante la guerra que viven

al no hacer nada por buscar la libertad.

 

Se han adormecido en la desgracia

y ese es su propio mal:

son esclavos de sí mismos;

sólo son fuertes ante el más pequeño

y han perdido la voluntad.

 

Miles de batallas se han desgarrado,

son hombres de guerra y sin embargo,

los ha dominado la opresión;

la esperanza de ustedes, son ustedes mismos

pero se siente incapaces de luchar, se han dejado morir poco a poco

y las ansias de libertad se han ido muriendo con ustedes.

 

¿Hasta cuándo esperarán

que llegue un libertador?

Nunca va a llegar, porque son ustedes mismos;

el tiempo sigue pasando y en la balanza están en desventaja,

equilíbrenla, despierten del letargo que les atraviesa el corazón;

despierten de las sombras e iluminen la razón.

 

L. f.  Nikho

AGO 01 /92

 

De Poeta Abandonado

 

Ferviente será el día cuando tus labios medrosos de amor

suaves besos den en los míos;

a veces entre mis sueños taciturnos de poeta abandonado

circuir he visto mis brazos a los tuyos,

escuchar el cantar de las sirenas en tu canto he creído,

y amor decir de tus palabras, he sentido.

 

Cuántas veces un mismo horizonte hemos anhelado,

y cuántas ilusiones juntos,

no hemos esperado.

 

allí donde el mar se extiende

en cuyos horizontes el sol es infinitamente bello

mis ansias de amor han volado, para robar a los crepúsculos

mil colores que en tu alma has escondido.

 

Deja que mis manos de poeta abandonado

recojan en ti la primavera

que ha de florecer en el invierno de mi vida,

o a caso, ¿tu alma es tan vacía?

 

L. f.  Nikho

AGO 06 /92

 

Soplo de Gaviota

 

Orladas de gaviotas son las alas

cuando fijas apuntan hacia el cielo

y dan rumbo al timón del navegante

más allá de las estrellas.

 

En el sidéreo espacio del universo

hay una playa acariciada por olas espumosas

y donde pueden sentirse los soplos de gaviotas

que para muchos son sus esperanzas.

 

L. f.  Nikho

AGO 11 /92

 

...

Quizá soy un hombre loco

en un mundo de hombres lógicos,

o tal vez sea un hombre lógico,

en un mundo de locos.

 

L. f.  Nikho

AGO 19 /92

 

Luna Llena de una Noche Fría

 

Plenilunio era la vez primera que nos vimos,

como hiedra mis ojos te abrazaban,

como fuego los tuyos me quemaban;

una sola voz que se escuchaba:

ni tuya era, ni era mía,

era el viento quien hablaba.

Fue esa noche, noche fría.

 

Plenilunio era cuando por primera vez sentimos,

con temor te desnudaba,

con amor me acariciabas.

El suave brillo de la luna en tus ojos reflectaba

y mi cuerpo del viento te abrigaba;

mis labios en los tuyos se posaban,

tus manos en mi pecho descansaban.

Como noche de invierno fue esa noche, noche fría.

 

Plenilunio era cuando te alejabas,

como hiedra mis ojos te abrazaban,

como humo los tuyos se perdían;

una sola voz que se escuchaba,

ni tuya era, ni era mía,

era el viento quien hablaba:

te alejabas… me olvidabas;

era luna llena esa noche, noche fría.

 

L. f.  Nikho

AGO 25 /92

 

Al Cantor

 

Al cantor que con su canto me entristece

y hace temblar mi boca de nostalgia;

su voz es la del jilguero

y sus notas las letras de un verso.

 

L. f.  Nikho

AGO 25 /92

 

Hojas Verdes, Hojas Secas

 

Se cayeron del ciprés algunas hojas:

hojas verdes, hojas secas

y el poeta al ver las hojas secas dijo:

“La vida es como hoja seca,

si el hombre os tomara entre las manos y apretara,

os convertirías en granos de polvo, en ceniza y en olvido”.

 

Y al ver las hojas verdes dijo:

“Hojas verdes, hojas frescas.

Vida sois ahora, sois amanecer;

en vosotras he visto muchas veces

la fuerza de la sabia;

pero como vida sois ahora,

muerte seréis mañana.

El lugar que ocupáis hoy,

mañana por otra hoja será ocupado,

así es la vida:

tan fuerte y tan bella hoy,

tan débil y negra mañana”.

 

L. f.  Nikho

AGO 26 /92

 

...…

Tú eres el silencio de mi voz

y la inspiración de mis palabras.

 

L. f.  Nikho

AGO 26 /92

 

Un Hombre Triste y Lejano

 

Oh fecundo idilio del hombre

vaga en mí la lejanía,

es la tristeza de este día

o es que mi querer se siente pobre.

 

Tal vez mi vida es cual soneto

a las reglas limitado;

quizás soy un hombre encadenado

a una angustia que lamento.

 

Mis límpidas pupilas dilatadas

ya ni lágrimas derraman,

mis tristes ojos las proclaman

pero en todo caso se sienten acabadas.

 

Insulso se ha vertido en mis labios

el sabor de la alegría,

quizá el destino así lo predecía:

para mí la hiel y los agravios.

 

L. f.  Nikho

AGO 26 /92

 

Bajo las Sombras Hay Sombras

 

Bajo la mustia umbría se dilatan las arterias y las venas

de un corazón que palpita acelerado;

es el rumor lo que se escucha palpitar,

es el rumor de la inefable pena.

 

No menos, la distancia se engrandece

aunque más apretujado el antro queda.

De crápula se llena el olvidado

al beber los susurros de la noche;

embriagado, adormecido

mientras es cobijado por las sombras.

 

Bajo las sombras, hay sombras

que buscan calor del “ofrecido”

y de los demás encuentran el desprecio.

 

L. f.  Nikho

AGO 26 /92

 

Pájaro Sin Nido

 

Bebiendo en tus manos suaves y cerradas

la última gota de amor que derramabas

mientras mis ojos tristes te besaban.

Odio esta noche,

como sé que odiaré muchas más

que tejerán en mi mente

el recuerdo de esta noche que odio.

 

Soy hijo del mundo

que triste serlo, si no estás aquí.

Ayer eras mía, ¡oh pequeño tiempo!

¡Oh sin final recuerdo en el que muero!

¿Por qué he de cantar tu silencio en las mudas lágrimas del alma?

 

¡Oh luz apagada!

¡Oh pájaro sin nido!

 

L. f.  Nikho

OCT 05 /92

 

Inmovilidad

 

El alma inerte, tal vez incierta

y al llegar la noche triste

aún, el alma espera.

¿Qué espera?

Quizá que las golondrinas negras vuelvan a emigrar,

quizá que el trémulo cristal vuelva a brillar.

 

El alma espera, pero es incierta;

y al morir las golondrinas

y al humedecerse los cristales en la postrera ocasión de la esperanza,

¿qué ha de esperar el alma?

¿Quizá volar sin el vuelo emigrante de las negras golondrinas?

¿Quizá brillar sin el brillo del cristal humedecido?

¡No!

Sólo esperar y esperar.

 

L. f.  Nikho

OCT 12 /92

 

Tu invierno ya es Lejano

 

¿Qué en ti el amor ha fundado sus columnas más endurecidas?

No lo sé.

 

Sólo sé de un triste pasado que cantó conmigo la tristeza,

donde fui protagonista

de un amor desventurado.

Tal vez pueda dar a tu favor, mujer alabastrina,

los desaires del amor y no,

las cosas bellas de la vida.

 

Y aunque fuiste reseda al descubierto dentro,

llevabas las espinas;

no era cierto el sentimiento

que tú decías que tenías.

Acaso un suspiro entre millones

a veces fugitivo se escapaba,

qué malas eran tus razones cuando decías que me amabas.

 

¿Qué tú eres a quien amo?

No conjugues en presente que amarte un día pude,

quizá un poco lo recuerde, por el dolor,

eso no lo dudes.

Ya sabes que el invierno pasa

y en mí, tu invierno ya es lejano;

sólo queda el fango endurecido y en mi piel,

las cicatrices dejadas por tus manos…

 

L. f.  Nikho

OCT 12 /92

 

Poesía de un Amor sin Más

 

Mi amor está en tu corazón como ancla de fuerte peso

que se ciñe a las profundas rocas sin poderse despegar.

Te amo en la totalidad de la palabra, del verbo y del verso que me inspiras;

soy el prisionero de tus sueños aunque me des la libertad.

 

L. f.  Nikho

OCT 12 /92

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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