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PRELUDIO FINAL

-Versión Final-

 

Volvamos a beber el agua

que un día nos calmaba la sed,

volvamos ya del destierro

a la patria en que el amor nos espera,

volvamos al fin,

a respirarnios la piel y a arrancarnos el yugo.

 

Deja el adiós para quien no existe:

buscando banderas en nuevos caminos

el hombre encuentra el amor

y florece a la vida;

tuve en el nido de las estrellas

la franqueza de tus manos

y sea pues o no,

éste,

mis postrero sufrimiento.

Te estrecho en mis anhelos

y vitoreo los fracasos

que deben trashumar

en campos sembrados de infértiles semillas.

 

Llorando tantas veces, nos hicimos,

a fuerza siempre de estar enamorados

y ¡ay!,

que profundidades tan inmensas nos herimos,

que profundidades que no conocían fin,

que profundidades sin fronteras,

que profundidades llenas de recuerdos.

 

Si aún sigue el rastro, a plenitud buscado;

si aún en tu alada virtud

persiste la promesa,

si aún el arruyo de tus voces me adormece

sigue amando los días que me encuentres.

 

No es baldío el sitio de tus sueños

porque yo he fundado en tu tierra mi ciudad

y he creado en tus senos mi ansiedad.

No es confuso que ahora el amor duerma

ni que los días torturen,

ni que dejemos de volar;

no es dolor que la sombra nos cobije

si desde hoy despejado hay en otro cielo

ni sentiremos la sangre congelada

si el calor que profesamos,

vuelve a despertar.

 

Hay atadas desde una punta a otra,

desde los extremos de mis dedos

hasta las reliquias insensibles

de músicas y cantos de ayer,

promesas indecibles

que arrastran el polvo ensangrentado

 de lo que hemos vivido hasta hoy;

hay en todo esto, en aquello y lo demás,

hay en las lenguas salivadas

y en las yagas laceradas

y en cuerdas flojas de guitarra,

un poco de ambos,

un poco que es mucho.

 

Aunque los hombres sueñen con volar,

aunque los huesos se revienten

y la esperanza canse de esperar,

aunque la escarcha nos penetre y oculte:

contigo, fortaleceré mi navío

y en el mástil de los barcos

grabaré el por qué de tus ausencias

reviviendo en la proa y en el ancla

amaneceres plagados de alondra.

 

Como sonrisas, debemos despertar a un nuevo canto

forjado en piedras sobre el sol,

como arraigados a un sonido

que toque heridas

para curar desgracias;

volveremos a entender al mundo,

como uno solo,

enredado en nuestras manos,

florecido en nuestros cuerpos,

entenderemos la vida vacía

y la llenaremos de los dos;

entenderemos que cada puerta es una opción

abierta a la luz de nuestros ojos.

 

Será fiel el guerrero y la herramienta

y la espada y la labranza,

será fiel por entendernos;

será en nuestra era

y después de nuestro tiempo:

aún después de las negras crisálidas

que duermen en los pozos;

cuando con fuerza de cíclopes

de cuentos mitológicos,

lucharemos por pedazos nuestra esencia

significada en fortaleza.

 

No habrá entonces preludios

al amor que desfallezcan

ni lazos que priven de libertad

la guerra eterna de los cuerpos.

Se hincharán los músculos

para cobrar titánicamente

los días perdidos

 y con la mirada abarcaremos

el horizonte fácil, que no hemos alcanzado.

Cubriremos con las manos de calor el hielo

y de besos quemantes ahogaremos el infierno

produciendo vida en las semillas muertas,

y exterminando la mala hierba.

 

Yo pensaré en ti, con lealtad

dibujando en el aire pensamientos

trazando con cada línea, en cada espacio,

mariposas desnudas plegadas del cielo.

Sufrirá intensamente el pasado

con el dolor a cuestas

y el océano de las lágrimas,

secará la ferocidad de la nostalgia.

 

Volveremos a las canciones de la lluvia

sepultando rencores del ayer

como árboles sometidos a tormentas

esperaremos a que el suelo nos acoja

cimentados en perfiles de acero

y refugiados uno en otro,

como parte de un ser fundamental.

Y aunque las horas recorridas

sin límites de tiempo

nos bañe de arrugas la frente

y pinte las sienes de blancura,

habrá con más anhelo

del anhelo prohibido

razones infinitas para ganarle al día.

 

Llegarán inspiraciones nocturnas de musas infinitas

y cierto será que construya con versos

las hogueras ardientes

buscando el deseo.

 

Seguiremos andando, tú a mi lado,

y yo con tu luz

guardando la experiencia

que al fin nos hizo vencer:

Vencer las horas inciertas,

vencer al tiempo febril,

vencer los días en contra,

pero al fin de todo,

¡Vencer!

 

L. f.  Nikho

DIC 19 /95

...

Formas que me llevan a tus besos,

tus besos de amor invernal.

y luego fuego que incinera.

 

L. f.  Nikho

DIC 19 /95

 

De tu Amor y la Semilla

 

De tu amor y la semilla,

de la noche y la fatiga

de parasitadas flores a colores inmensos,

de versiones lúdicas

a últimos cuentos.

 

L. f.  Nikho

DIC 19 /95

 

 

Para Olvidarte

 

El céfiro en las laderas

que espera el crepuscular momento del ocaso

me viene a “inspirar” con sus cargadas briznas

de despojos humanos

y alientos en el óseo estelar

con que se visten las noches veraniegas.

 

Para pensarte…

necesito enredarme en los navíos,

en las corolas y en las encumbradas nubes;

acariciarte en mi locura

y en el mar, las acuarelas esparcir.

 

Para inventarte…

necesito sangre de la tierra;

penumbras airosas, resueltas

diseñadas en lienzos

y constantes en el lápiz.

 

Para soñarte…

es cerrar los ojos

y concebirte en mi memoria,

escuchar a la tristeza hablar

y a los pájaros trinar.

 

Para olvidarte…

morir mil veces

y renacer sin conocerte,

permanecer sin esperanza

y ahorcar al tiempo desolado…

 

L. f.  Nikho

DIC 19 /95

 

 

Poemas 1995 Parte III

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